poema para las madres, madres fallecidas
La madre es inmortal, poema a una madre muerta
Sinceras paelabras de un hijo a su madre fallecida
A mi madre
¡Oh, cuán lejos están aquellos dÃas
en que cantando alegre y placentera,
jugando con mi negra cabellera,
en tu blando regazo me dormÃas!
¡Con que grato embeleso recojÃas
la balbuciente frase pasajera
que, por ser de mis labios la primera
con maternal orgullo repetÃas!
Hoy que de la vejez en el quebranto,
mi barba se desata en blanco armiño,
y contemplo la vida sin encanto,
al recordar tu celestial cariño,
de mis cansados ojos brota el llanto,
porque, pensando en ti, me siento niño
Un golpe dà con temblorosa mano
sobre su tumba venerada y triste;
y nadie respondió ... Llamé en vano
porque ¡la madre de mi amor no existe!
Volvà a llamar, y del imperio frÃo
se alzó una voz que dijo: ¡Si existe!
Las madres, nunca mueren ... Hijo mÃo
desde la tumba te vigilo triste ...
¡Las madres, nunca mueren!
Si dejan la envoltura terrenal,
suben a DÃos, en espiral de nubes...
¡La madre, es inmortal!
Vicente Riva Palacio
No hay comentarios:
Los mensajes se moderan para evitat spam. Todos los links en comentarios será reportados como spam a google