Lecturas para el día de la boda: El conejo de peluche
Había una vez un Conejito de peluche realmente espléndido. Era gordito y adorable, como tiene que ser todo conejito; su piel era moteada, tenía bigotes de hilo y sus orejas estaban ribeteadas de satén rosa. En la mañana de Navidad, sobresaliendo del calcetín del Niño, con un ramito de acebo entre sus patitas, estaba encantador.
Había otras cosas en el calcetín: nueces, naranjas y un juguete mecánico, almendras de chocolate y un ratón de cuerda, pero el Conejito era el mejor de todos. Durante dos horas, por lo menos, el Niño se entusiasmó con él, pero después, los titos vinieron a cenar, y hubo un gran jaleo de papel de seda y de abrir paquetes, y en la emoción de todos los nuevos regalos, el Conejito de peluche quedó en el olvido.
Durante mucho tiempo vivió en el armario de los juguetes o en el suelo del cuarto de los niños, y nadie se ocupaba de él. Era tímido por naturaleza y, al estar hecho sólo de peluche, algunos de los juguetes más caros le hacían desaires. Los juguetes mecánicos se creían muy superiores, y despreciaban a todo el mundo; estaban llenos de ideas modernas, y pretendían ser de reales. <…> El Conejito no podía dárselas de estar hecho como los de verdad, porque no sabía que los conejos reales existen. Creía que todos estaban rellenos de serrín como él mismo, <…>
"¿Qué es ser real?" Preguntó un día el Conejito, cuando todos los juguetes estaban juntos cerca de la pantalla protectora del hogar, antes de que Nana viniera a arreglar la habitación. "¿Es tener cosas que zumban en tu interior y una palanca que te hace funcionar?"
"Ser REAL no consiste en cómo estás hecho", dijo el Caballo. "Es algo que te pasa. Cuando un niño te quiere durante mucho, mucho tiempo, no sólo para jugar contigo, sino que REALMENTE te quiere, entonces te conviertes en algo REAL."
"¿Duele?", preguntó el Conejito.
"A veces," dijo el Caballo, que siempre era de fiar. "Pero cuando eres real ya no te importa que te hagan daño."
"¿Te sucede de pronto, como cuando te dan cuerda, o poco a poco?", preguntó.
"Eso no te ocurre repentinamente", dijo el Caballo. "Te vas haciendo poco a poco y tarda mucho tiempo. Por eso no le suele ocurrir a los que se quiebran con facilidad, o a los que tienen bordes afilados, o a los que se guardan cuidadosamente. Generalmente, cuando te haces REAL, casi todo tu pelo se ha desgastado, tus ojos se han salido, tus articulaciones están sueltas y te sientes muy maltrecho. Pero estas cosas no importan ya, porque una vez que eres REAL ya no puedes ser feo, excepto para la gente que no entiende."
"Supongo que eres REAL, ¿no?", dijo el Conejito. <…>
"El tito del Niño me hizo real," dijo. "Eso fue hace muchos años; pero una vez que eres REAL ya no puedes ser irreal nunca más. Dura para siempre." <…>
From: "The Original Velveteen Rabbit"
Margery Williams Traducción: Eduardo Marín
Había otras cosas en el calcetín: nueces, naranjas y un juguete mecánico, almendras de chocolate y un ratón de cuerda, pero el Conejito era el mejor de todos. Durante dos horas, por lo menos, el Niño se entusiasmó con él, pero después, los titos vinieron a cenar, y hubo un gran jaleo de papel de seda y de abrir paquetes, y en la emoción de todos los nuevos regalos, el Conejito de peluche quedó en el olvido.
Durante mucho tiempo vivió en el armario de los juguetes o en el suelo del cuarto de los niños, y nadie se ocupaba de él. Era tímido por naturaleza y, al estar hecho sólo de peluche, algunos de los juguetes más caros le hacían desaires. Los juguetes mecánicos se creían muy superiores, y despreciaban a todo el mundo; estaban llenos de ideas modernas, y pretendían ser de reales. <…> El Conejito no podía dárselas de estar hecho como los de verdad, porque no sabía que los conejos reales existen. Creía que todos estaban rellenos de serrín como él mismo, <…>
"¿Qué es ser real?" Preguntó un día el Conejito, cuando todos los juguetes estaban juntos cerca de la pantalla protectora del hogar, antes de que Nana viniera a arreglar la habitación. "¿Es tener cosas que zumban en tu interior y una palanca que te hace funcionar?"
"Ser REAL no consiste en cómo estás hecho", dijo el Caballo. "Es algo que te pasa. Cuando un niño te quiere durante mucho, mucho tiempo, no sólo para jugar contigo, sino que REALMENTE te quiere, entonces te conviertes en algo REAL."
"¿Duele?", preguntó el Conejito.
"A veces," dijo el Caballo, que siempre era de fiar. "Pero cuando eres real ya no te importa que te hagan daño."
"¿Te sucede de pronto, como cuando te dan cuerda, o poco a poco?", preguntó.
"Eso no te ocurre repentinamente", dijo el Caballo. "Te vas haciendo poco a poco y tarda mucho tiempo. Por eso no le suele ocurrir a los que se quiebran con facilidad, o a los que tienen bordes afilados, o a los que se guardan cuidadosamente. Generalmente, cuando te haces REAL, casi todo tu pelo se ha desgastado, tus ojos se han salido, tus articulaciones están sueltas y te sientes muy maltrecho. Pero estas cosas no importan ya, porque una vez que eres REAL ya no puedes ser feo, excepto para la gente que no entiende."
"Supongo que eres REAL, ¿no?", dijo el Conejito. <…>
"El tito del Niño me hizo real," dijo. "Eso fue hace muchos años; pero una vez que eres REAL ya no puedes ser irreal nunca más. Dura para siempre." <…>
From: "The Original Velveteen Rabbit"
Margery Williams Traducción: Eduardo Marín
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